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Lejos de la realidad,
existió una vez un príncipe.
Su reino estaba apartado de las mentiras, de la maldad y la envidia,
y sus habitantes felices eran en el color de cada atardecer,
Sin embargo el príncipe feliz no era,
su sonrisa cortes y amigable escondía una profunda tristeza,
una soledad en medio de la compañía y del amor.

Una noche en medio del mar de arboles caminó bajo la oscuridad,
cegado por el viento,
guiado por un presentimiento...

En la nada, lejos de su reino,
sintió frió, soledad, amargura...
no obstante anonadado miro la luna,
algo nuevo para el que no solía mirar mas allá de los colores,
mas allá de lo conocido y lo permitido.

Lo lejano y lo extraño,
se volvió cotidiano,
cuando todos dormían el príncipe partía,
enamorado de esa luna lejana,
una bella utopía.